Día 8: Gozo que tuve cuando el ángel me reveló el misterio de la encarnación

Día 8: Gozo que tuve cuando el ángel me reveló el misterio de la encarnación

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

Hijo, ven que el humilde carpintero de Nazaret te llama; desde muy temprano te estaba esperando; sé que fácilmente te olvidas de muchas cosas; pero nuestro encuentro diario de amor lo llevas muy grabado en tu mente, en tu corazón; ansias que llegue nuestra hora convenida porque nuestros diálogos te edifican, sacas el máximo provecho para tu vida.

Hoy no tengas en cuenta el tiempo; mientras cumpla con mis deberes diarios, te iré hablando, te iré instruyendo; porque no quiero que sufras o des un paso en falso que te lleve a la derrota, a la perdida de la fe o la frustración. Proponte meditar en mis consejos y ven a mí, cada vez que te sientas triste, enfermo o desolado; ven a mí, cuando tengas cualquier necesidad; te ayudaré a confiar más en Jesús, a no desesperarte, a abandonarte por entero a su Divina Misericordia. De mi parte, intercederé por ti para que mi Hijo escuche tus ruegos, te libere de tu aflicción y te sientas sostenido de sus manos santísimas.

Hoy quiero unirte al gozo que tuve cuando el ángel me reveló el misterio de la Encarnación; misterio que cambiaría el curso de la humanidad y haría historia en todas las generaciones. Misterio que disipó mis dudas porque mi corazón fue inflamado de una paz celestial; tenía la certeza de su veracidad y esperaba con alegría el nacimiento del Hijo de Dios. Comprende hijo mío que los misterios de Dios son insondables e inescrutables; hay que creer en ellos, sin hacer uso de la razón.

Hoy quiero hacer florecer en ti la fe. El gran misterio de la Encarnación debe adherirte, aun mas a Jesús y a mi virginal esposa María; Sus Sagrados Corazones siempre estarán unidos; porque donde está Jesús, está María; y donde está María está Jesús. Sé un gran amante de estos dos Corazones, así como lo fui yo en la tierra y lo sigo siendo ahora en el cielo.

Propósito del día:

Decide ser completamente honesto y justo en cada interacción que tengas durante este día.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

Canción para acompañar tu día

Canción a San José de Marcela Gael

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