Día 4: José, obrero

33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

DÍA 4 – JOSÉ, OBRERO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.

San José, ruega por nosotros.

CITA

“Dios nuestro, creador de todas las cosas, que has establecido para el género humano el precepto del trabajo, concede propicio, por el ejemplo y con la protección de san José, que podamos cumplir con las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes” (Oración colecta de la fiesta de san José obrero).

REFLEXIÓN

A pesar de ser descendiente de la casa real de David, José pertenecía a la clase trabajadora y no gozaba de riqueza. Su disciplina, honradez y seriedad en el trabajo de artesano, eleva la dignidad del trabajo humano. Al final de la creación del mundo, Dios manda al hombre a someter la tierra y cuanto habita en ella. La creación misma es reflejo del trabajo perfecto de Dios durante seis días, al término de los cuales, descansó, dejando precedente de lo que sería la vida de sus creaturas.

El oficio de José ha sido identificado con el de carpintero, pero en realidad era un concepto más amplio que se podría catalogar como artesano, pues no se limitaba a trabajar con madera y comprendía también labores de construcción. El tipo de trabajo y el arduo afán con el que José lo realizaba, hacen difícil de creer que José fuera un anciano frágil, como se le retrata en algunos evangelios apócrifos u obras de arte. Más bien podemos imaginarlo como un hombre entero, fuerte, capaz e incansable.

José tuvo que dejar la reputación que se había forjado en Nazaret para desplazarse a Belén o a Egipto donde habrá tenido que abrirse camino desde cero. Seguramente no fue fácil. El admirable desapego que mostró de su trabajo, de sus intereses, sus relaciones y el lugar donde vivía es admirable. Todo con tal de tener a Jesús y custodiarlo. José vaciaba diariamente su corazón para dejar que el Reino de Dios se instalase ahí.

Su actividad fue realizada siempre con honestidad con el fin de sustentar a la familia. ¡Qué gran ejemplo para Jesús! Fue testigo de la gratificación que representa comer del fruto del propio trabajo. Aprendió de José tanto su oficio como su dignidad.

PROPÓSITO O TAREA

Pide a san José la gracia de valorar tu trabajo. Proponte realizarlo lo mejor que puedas y colaborar con él a la mayor gloria de Dios. Reza también por quienes no tienen trabajo y lo están buscando.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María

A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.

¡Oh, bienaventurado José!

Muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía y defiéndenos de todo mal.

Amén.

(Francisco. Patris Corde)

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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