Día 32 – José, Patrono de la Buena Muerte

33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

DÍA 32 – JOSÉ, PATRONO DE LA BUENA MUERTE

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.

San José, ruega por nosotros.

CITA

“El Santo a quien invocamos especialmente durante nuestra vida, será sin duda alguna, nuestro particular protector en la hora de la muerte. ¿Quién podrá hacerlo mejor que San José, quien murió en brazos de Jesús?” (San Pedro Julián Eymard).

REFLEXIÓN

¡Cuánto miedo y ansiedad es capaz de generar la muerte! Aun creyendo en la vida eterna, la transición de la tierra al cielo produce temor y duda. Nos aferramos a lo que conocemos y queremos huir de lo desconocido. La muerte es la prueba última de nuestra fe.

La tradición habla de la muerte de José entre los cincuenta y sesenta años. Después de una vida de arduo trabajo y de acuerdo a la expectativa de vida de esos tiempos, se cree que la salud de José se fue deteriorando progresivamente. Imaginemos su actitud ante la inminencia de su partida de este mundo.

Es fácil pensar que José no querría separarse de su familia, especialmente con la amenaza latente de una espada atravesando el alma de María. Seguramente desearía quedarse el mayor tiempo posible para seguir cuidando de ellos y sobre todo, para ser testigo del momento en que Jesús se manifestara como el Mesías. Pero con toda seguridad, podemos sostener que pasado ese primer impulso puramente humano, José como en tantas ocasiones, debe haber interpretado los acontecimientos a la luz del querer de Dios, concluyendo que su misión había terminado, que su presencia ya no era necesaria y como siempre, en silencio obedeció. Con María a su lado agradeciéndole por todo lo que recibieron de él y con Jesús llenándole de consuelos y seguridades en cuanto a la vida eterna, su muerte debe haber sido la más dulce posible para un ser humano.

PROPÓSITO O TAREA

Pidamos a san José la gracia de aceptar la enfermedad, ya sea nuestra o de un ser querido, como un misterio de amor de Dios. Y en caso de que la muerte sea inevitable, pidamos que nos alcance la gracia de morir cerca de Jesús y de María.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los asuntos del cielo.

Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la elección de estado.

Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de María. Amén.

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

Translate »
error: Content is protected !!