Día 24: Gozo y alegría que sentí, al ordenarme el ángel que, con Jesús y María, regresara de Egipto para la tierra de Israel

Día 24: Gozo y alegría que sentí, al ordenarme el ángel que, con Jesús y María, regresara de Egipto para la tierra de Israel

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

Hijo, espero que mis palabras las guardes en tu corazón y atiendas a los consejos del carpintero de Nazaret. Espero que sientas la necesidad de encontrarte conmigo y beber de la sabiduría divina que brota de mis labios. Espero que estas enseñanzas en tu vida y te hagan más espiritual. Afortunadamente, ya has comprendido que en el mundo no encontrarás nada bueno; has entendido que la verdadera felicidad la hallarás sólo en Jesús; que Él es el camino, la verdad y la vida; que su Sagrado Corazón es la fuente inagotable de misericordia, que sólo en Él encontrarás la salvación.

En este día, quiero que me entregues tus problemas y tus preocupaciones. Ten la certeza que abogaré por ti, clamaré al Señor Para que derrame sobre ti todas las gracias y bendiciones que necesitas, para que seas completamente feliz y lo tengas todo; le pediré que te sane de tus enfermedades, que llene la despensa de tu casa, para que tengas las cosas que son importantes en tu diario vivir. Intercederé para que haga florecer tu empresa, te conceda un trabajo digno y estable, y haga de tu familia un segundo hogar de Nazaret. 

Hoy quiero unirte al gozo y alegría que sentí, al ordenarme el ángel que, con Jesús y María, regresara de Egipto para la tierra de Israel. Mi Corazón fue rebosado de una paz celestial, me sentí inundado de una fuerza divina que me impulsó a emprender la marcha; no me detuve a pensar en los peligros que podíamos encontrar en el camino, nos pusimos en las manos de Dios confiando interiormente en su poder. Durante el viaje pudimos sentir su presencia, en ningún instante nos sentimos solos. Jesús iba con nosotros, Él era nuestro escudo, nuestro refugio. 

Aprende a vivir en la divina voluntad, discierne cuál es el camino que el Señor te tiene señalado y no tengas dudas en recorrerlo; nada te sucederá, sentirás regocijo porque estás haciendo lo que Dios quiere; tu máxima aspiración es llegar a la meta, al destino final, que es el cielo.

Propósito del día:

Reza por un sacerdote que haya sido importante en tu camino de fe y en el de tu familia. Reza por él con su nombre, agradécele a Dios por su vocación y su papel en tu vida de fe. Pídele a San José y a María que intercedan por todos los sacerdotes, por su perseverancia y fidelidad, y a la Santísima Trinidad que los confirme en santidad con todos los dones del Espíritu Santo para que estos los sostengan en su llamado.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

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