Día 19: Gozo y alegría que tuve al oír de Simeón que este niño sería remedio, salud y resurrección de muchos

Día 19: Gozo y alegría que tuve al oír de Simeón que este niño sería remedio, salud y resurrección de muchos

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

Hijo, quiero que mi carpintería sea un refugio de amor para ti, un lugar muy especial en tu vida; porque siempre me encontrarás, siempre estaré disponible para escucharte; tomar en mis manos tus necesidades e interceder por ti ante el trono de mi Divino Hijo. Conserva siempre la paz en tu corazón, confía siempre en la misericordia de Dios; discierne, bajo la luz del Espíritu Santo, cuál es el camino que debes andar; jamás tomes decisiones precipitadas; no puedes cometer errores que te lleven al fracaso, a la tristeza. Ora y pídele a Jesús que te ilumine, que te muestre el sendero de su divina voluntad; los pecados que hieren su Sagrado Corazón. Prométele no volver a ofenderle, has recibido tanto de Él.

Te ha llegado el momento de demostrarle tu amor; sé agradecido, por todas las gracias que te ha concedido; búscalo con mucha frecuencia en el sagrario; sagrario que es el Tabor en el que tu ser será transfigurado, tu alma será iluminada con la luz de Dios; algo nuevo ocurrirá en ti, un gran milagro que te llevará a ver con otros ojos la vida, a pensar de manera diferente a los demás; a añorar la patria celestial para reposar por toda la eternidad, bajo los pies de Jesús y María.

Tuve gran gozo y alegría, al oír de Simeón que este Niño sería remedio, salud y resurrección de muchos. Estas mismas palabras van dirigidas para ti; suéltate del yugo que te oprime y corre tras las huellas de Jesús, no postergues tu decisión, arriésgate y sírvele a Él únicamente; el mundo cambiará el día que los hombres se arrodillen ante Dios, le reconozcan su soberanía y realeza. Opta por Jesús, experimenta su amor y su misericordia, reconoce que sin Él eres nada; tu proyecto de vida se verá truncado, no prosperarás porque las bendiciones solo provienen de Él y Él las distribuye a todos los que le aman.

Propósito del día:

Reúnete a orar con una persona en la que puedas confiar y hablar francamente si tienes dificultad en alguna de estas áreas de pureza para obtener libertad. Decide entregar cualquier tentación en contra de la pureza a San José y a María cuando estas sucedan.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

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