Día 16: Misterios que se obraron, en los días que permaneció el Niño Jesús en el portal santo de Belén

Día 16: Misterios que se obraron, en los días que permaneció el Niño Jesús en el portal santo de Belén

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

Hijo, aprovecha cada momento de nuestro encuentro, no dejes escapar ni una sola de mis palabras; los consejos que te estoy dando; a través de esta consagración, son para que los pongas en práctica en tu vida diaria. No busco ocupar el puesto de Jesús o el de la Santísima Virgen María; a ellos les debes profesar gran devoción y amor, antes que a mí; solo quiero ser el puente para que te acerques a ellos y vivas felizmente a su lado.

Jesús es la luz potente que ilumina tu vida, es la puerta angosta por la que debes entrar, es el camino que debes andar, es el gran tesoro que te hace rico una vez que lo encuentres. La Virgen María es tu gran intercesora en el cielo y la dispensadora de todas las gracias; es la humilde esclava del Señor; que te invita a ser su esclavo y a vivir según los designios que Dios tenga establecidos para ti; es prototipo de vida que debes imitar para que seas santo.

Ocurrieron grandes misterios en los días en los que permaneció el Niño Jesús en el portal santo de Belén. Una paz celestial llenaba mi corazón, mi alma experimentaba un gozo indescriptible; un perfume sobrenatural sumergía mis sentidos en un éxtasis de amor divino; el tiempo me parecía como si se detuviese, pues, al final de cuentas estaba con el dueño y dador del tiempo; su divina presencia eclipsaba de amor todo mi ser.

En el portal de Belén se hallaba el gran misterio, que pronto sería revelado al mundo entero; misterio de amor que, también, se encuentra en todos los sagrarios de la Tierra; corre presuroso y descúbrelo, te sentirás abrasado en su fuego de amor; espiritualmente, serás transportado al cielo; no podrás contener tanto gozo en tu corazón, se desparramará para contagiar a otros de esta locura de amor.

Propósito del día:

Toma unos momentos para examinar tu equilibrio entre la vida y el trabajo y pídele al Espíritu Santo y a San José que inspire tus pensamientos, deseos y decisiones sobre lo que tal vez debas modificar para reflejar las prioridades de Dios. Pídele a Dios la gracia para reajustarte.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

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