Día 15: Gozo y alegría al saber que el Niño debía llamarse “Jesús”, que significa “salvador”

Día 15: Gozo y alegría al saber que el Niño debía llamarse “Jesús”, que significa “salvador”

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

Hijo, de nuevo, has venido a mí motivado por el deseo de encontrar la paz y una plena realización de tu vida; de nada debes preocuparte, ya has abierto tu corazón para que Jesús entre en ti y haga contigo su obra de arte. Sé tan dócil como un barro blando en las manos del alfarero o como las hojas de los árboles que se mueven al compás del viento; enamórate cada día más de Él; síguelo con total libertad, no dejes que nadie se interponga en tu amor. Él debe ocupar el primer lugar, lo demás es añadidura. Comprende que la felicidad la encontrarás sólo en el Señor. Él ha de ser tu máxima riqueza; los bienes materiales no perduran, mientras que los bienes espirituales permanecen.

Tuve gran gozo y alegría al saber que el Niño debía llamarse “Jesús”, que significa “Salvador”; nombre que atraería a muchos hombres a seguirle, haría eco en el corazón de toda la humanidad; nombre que estaría por encima de todo nombre y al cual toda rodilla se habría de doblar y toda cabeza inclinar.

Quiero, en este día escribir con letras de oro el nombre de “Jesús”, en tu corazón, para que ni el mundo, ni el paso del tiempo, intenten borrarlo; para que sometas tu vida al dulce imperio de su amor, para que tus ojos siempre estén puestos en Él y jamás se desvíen de las cosas que puedan perjudicarte. Quiero que el nombre de Jesús, también lo lleves impreso en tus labios y en tus pensamientos; que tu sangre hierva de amor por Él, que tu misma respiración sea acto de sujeción a su divina voluntad, que tengas la convicción que el nombre de Jesús sana y libera.

Propósito del día:

Pídele al Espíritu Santo que te muestre un área en tu vida en donde la excesiva dependencia a los bienes materiales te impida desarrollar la virtud de la pobreza y confiar en la providencia de Dios. Encomienda estas áreas a Dios mediante una oración sencilla.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

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