Día 14: El dolor que tuve en la circuncisión del Niño Jesús

Día 14: El dolor que tuve en la circuncisión del Niño Jesús

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

Hijo, espero que sientas en tu corazón el deseo de encontrarte a solas conmigo en mi carpintería; ya te he perdonado el abandono en que me has tenido por muchos años, te he justificado porque nadie te había hablado de mí; de niño no te infundieron esta devoción; cómo censurarte si no tienes culpa alguna, no sabías de mi misión en la Iglesia.

Considérate afortunado porque tarde o temprano te acercaste a mí, te mostraron el gran poder de intercesión que me ha otorgado el cielo; motivado por la curiosidad; empezaste a pedir mi auxilio; me confiaste tus problemas, algunos secretos que te han llevado a la tristeza y hasta a veces a la desesperación. Me entregaste tus enfermedades, me pediste por tu familia, por tu trabajo; y, yo, no me hice esperar; de inmediato abogué por ti ante mi Divino Hijo, le supliqué que tuviera misericordia contigo y te asistiera en tus necesidades. Ahora te toca esperar con paciencia, deja que el Señor actúe en tu vida; no seas inmediatista, dale tiempo, vive en la divina voluntad y aguarda con paz; ten el convencimiento que tus oraciones serán escuchadas.

Hoy, te quiero manifestar el dolor que tuve en la circuncisión del Niño Jesús; quería estar en su lugar; al verlo tan tierno e indefenso derretía de amor mi Corazón; su llanto me hizo sollozar. Pero, mi fidelidad a las leyes me mantuvo firme, a pesar del sufrimiento que este hecho me causaba. Guarda en tu corazón mis palabras y aplícalas en tu vida diaria; cumple a la perfección con las leyes de Dios y, de esta manera, serás feliz; las bendiciones llegarán a ti como torrenciales de lluvias impetuosas.

Recuerda que, en mi carpintería, siempre me encontrarás como padre y hermano tuyo para alegrarte en tus tristezas y fortalecerte en tu debilidad.

Propósito del día:

Pídele al Espíritu Santo que te sugiera una persona o situación en donde puedas demostrar más paciencia. Pídele a José, Espejo de paciencia, que te enseñe la manera práctica de hacerlo.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

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