Día 11: Gozo y alegría que sentí, al ver nacido al Niño Jesús en los brazos de Su Santísima Madre

Día 11: Gozo y alegría que sentí, al ver nacido al Niño Jesús en los brazos de Su Santísima Madre

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Meditación del día, San José te habla:

De nuevo llegaste a mí, ávido de conocer un poco más de mi vida. Esta consagración, que estás haciendo al castísimo esposo de la Inmaculada Virgen María, producirá en ti frutos abundantes, buscarás el ejercicio sólido de las virtudes celestiales y la santificación de tu alma. Es importante que, seas muy puntual en nuestro encuentro diario, superes obstáculos y dificultades, y te propongas como meta: terminar estos 33 días de preparación.

Hoy, que has venido a mi carpintería, quiero que aprendas de mí: la humildad profunda, la oración continua, el amor al trabajo; porque debes ganarte el pan de cada día con el sudor de tu frente, debes construir un proyecto sólido en el que puedas alcanzar tu máxima realización: la felicidad, aun, en las cosas pequeñas. 

Hoy quiero compartirte la alegría que sentí, al ver nacido al Niño Jesús en los brazos de su Santísima Madre. Esta preciosa escena me llenó de gozo y de admiración, nunca pude borrar este recuerdo de mi mente: la siempre Virgen María arrullando al recién nacido, prodigándole amor, ternura, abrigándolo con sus caricias maternales. Este episodio, en mi vida, me llevó a contemplar la grandeza de Dios hecho hombre, la extraordinaria misión de la Santísima Virgen, el privilegio de ser el custodio y protector de estos Sagrados Corazones.

Jesús y la Virgen María deben significar el todo para ti. Tu devoción por mí sería imperfecta si no los tuvieras a ellos en primer lugar. Pronuncia en tus tribulaciones los nombres de Jesús, María y José; pues, te servirán de consuelo; la llama de la esperanza arderá en ti con vehemencia, sentirás alivio en tu sufrimiento y desahogo en tus penas.

Acude a mí en tus dificultades, puedo alcanzar de Dios muchos favores; pues, estoy muy cerca del Redentor y de su divina Madre.

Propósito del día:

Identifica una circunstancia en tu vida en donde necesites más valor. Pide la gracia de la valentía y la ayuda de San José para tomar los pasos necesarios y enfrentar tu dificultad.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

Canción para acompañar tu día

San José Carpintero por Jorge Eduardo

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