Sor María Consolata Betrone: Acto de Amor
La vida de Sor Consolata Betrone es una vida llena de amor.
Jesús quiso enseñarnos por medio de ella, que la verdadera santidad no está tanto en las grandes penitencias de algunos santos especiales, sino en el Amor.
La santidad es amor. Por eso, pidió a Sor Consolata que hiciera de su vida un acto continuo de amor, repitiendo constantemente en cuanto le fuera posible y tuviera la mente disponible y no ocupada en otras cosas buenas, que repitiera la fórmula del Acto de Amor que el mismo Jesús le enseñó: Jesús, María, os amo, salvad almas.
Sor Consolata aprendió este camino del amor y de la sencillez de Santa Teresita del Niño Jesús. Cuando, siendo joven y viviendo en su casa leyó por primera vez la Historia de un alma, quedó tan impresionada que quiso imitarla y hacer de su vida un caminito sencillo, lleno de amor. Es así como trató de vivirlo, repitiendo al principio solamente: Dios mío, te amo; después añadió algo: Dios mío, te amo, aumenta mi amor por ti. Hasta que Jesús le enseñó la fórmula definitiva.
Vivir amando, vivir de amor: he ahí la clave de la vida y de la santidad. Es como decir: Vivir para Dios, cumpliendo en todo momento su voluntad, tratando de hacerlo feliz y amarlo con todo el corazón, ofreciéndole todo lo que hacemos, pensamos o sentimos con amor.
Que imitemos este camino de sor Consolata y de santa Teresita y vivamos de amor y para amar.
-Padre Ángel Peña, O.A.R.
–AUDIOLIBRO–
SOR CONSOLATA BETRONE Y EL ACTO INCESANTE DE AMOR
PENSAMIENTOS (De las enseñanzas de Jesús a Sor Consolata)
- “Consolata, di al mundo lo bueno y maternal que Yo Soy y como de mis criaturas en cambio Yo no pido más que amor. Hoy como ayer, como mañana, a las pobres criaturas Yo pediré sólo y siempre amor. ¡Oh, pudiera descender a todos los corazones y derramar a torrentes la ternura de mi amor!”
- “Yo deseo ser servido por mis criaturas por amor. Evitar el pecado por temor de mis castigos no es lo que Yo deseo. Yo quiero ser amado. Yo quiero el amor de mis criaturas; cuando me amen, no me ofenderán más.”
- “Ámame, Consolata, sólo ámame; en el amor está todo. Cuando tú me amas, das a Jesús todo lo que Él desea de sus criaturas: ¡el amor!”
- “¡Sólo el amor divino puede hacer de apóstatas, apóstoles; de lirios manchados, lirios inmaculados; de viciosos pecadores rechazados, trofeos de misericordia!”
- “Pon tu atención en el oficio actual para realizarlo con todo el amor posible. Tanto más valor tienen tus acciones cuanto más aumentes en amor.”
- “Transforma todas las cosas que producen disgustos en el camino, en rositas; recoge con amor y ofrécelas con amor. Las ofrendas Yo las acepto así: Hechas con todo el amor posible: entonces aún vuestras pocas cosas me llegan a ser preciosas.”
- “Consolata, di a las almas que prefiero un acto de amor y una Comunión de amor a cualquier otro don que puedan ofrecerme. Sí, un acto de amor a una disciplina, porque tengo sed de amor.”
- “Consolata, escribe –porque te lo mando por obediencia-, que por un acto tuyo de amor Yo crearía el Paraíso.
Ámame, Consolata; el amor hará desaparecer tus deficiencias.”
- “El amor es santidad; cuanto más me ames más santa te haré. Recuerda que el amor y sólo el amor te llevará a la cumbre.”
- “Ámame y serás feliz, si más me amares más feliz serás. ¡Oh, si me amasen, cuánta felicidad reinaría en el mundo tan infeliz!”
LA FÓRMULA DEL INCESANTE ACTO DE AMOR
¿Cuál es la fórmula del incesante acto de amor?
La fórmula del incesante acto de amor, dicha por Jesús a Sor Consolata Betrone, es la siguiente:
“Jesús, María, os amo, salvad almas”.