SEXTO DOMINGO DE SAN JOSÉ
El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.
La alegría: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.
Por la señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Ofrecimiento:
Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros siete dolores y gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y su madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo, Amén.
¡Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que viste con admiración al Rey del cielo sometido a tus órdenes! Si el consuelo que experimentaste, al conducir de Egipto a tu querido Jesús, fue turbado por el temor de Arquelao, a su vez tranquilizado por el ángel, permaneciste gozoso en Nazaret con Jesús y María.
Obtennos, por este dolor y este gozo que, libres de todos los temores que puedan sernos nocivos, gocemos de la paz de una buena conciencia, vivamos tranquilos en unión con Jesús y María y en sus manos entreguemos nuestra alma en el momento de la muerte.
Padrenuestro, Ave María y Gloria
Oración final para todos los días:
Acordaos: Oh purísimo Esposo de María, oh dulce protector mío San José, que jamás se oyó decir que haya dejado de ser consolado uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro auxilio. Con esta confianza vengo a vuestra presencia y me encomiendo a Vos fervorosamente, oh padre nutricio del Redentor. No desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas piadosamente. Amén.
Oh Dios, que por providencia inefable os dignasteis escoger al bienaventurado José para esposo de vuestra Santísima Madre: os suplicamos nos concedáis la gracia de que, venerándole en la tierra como a nuestro protector, merezcamos tenerle por intercesor en los cielos. Amén.
Por las intenciones del Santo Padre
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.