NOVENA A SAN JOSÉ: DÍA 7
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO de CONTRICIÓN
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
ORACIÓN INICIAL
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas un solo Dios verdadero, en quien creo y espero y a quien amo con todo mi corazón. Te doy gracias por haber honrado sobre todos los santos a San José con la dignidad incomparable de padre adoptivo de Jesús, Hijo de Dios, y esposo verdadero de María, Madre de Dios. Ayúdame a honrarle y merecer su protección en vida y en la hora de la muerte.
San José patrón de la Iglesia, jefe de la Sagrada Familia, te elijo por padre y protector en todo peligro y en toda necesidad. Descubre a mi alma la pureza de tu corazón, tu santidad para que la imite y tu amor para agradecerte y corresponderte. Enséñame a orar, tú que eres maestro de oración y alcánzame de Jesús por María la gracia de vivir y morir santamente. Amén.
(Hacer la petición a San José por las intenciones que se hace esta novena.)
MEDITACIONES PARA CADA DÍA
SÉPTIMO DÍA: LA POBREZA DE SAN JOSÉ
Bienaventurados son los pobres de Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José tenía ante sí el ejemplo de María y el ejemplo de Jesús, hijo de Dios, que para predicar el desprendimiento y amor a la pobreza se hizo pobre, teniendo por cuna un pesebre en su nacimiento. Vivió pobre San José y dio de su pobreza a los más necesitados.
ORACIÓN FINAL
¡Acuérdate! ¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, dulce protector mío San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han invocado tu protección e implorado tu auxilio, haya quedado sin consuelo! Animado con esta confianza, vengo a tu presencia y me recomiendo fervorosamente a tu bondad. No desatiendas mis súplicas, oh padre adoptivo del Redentor, antes bien acógelas propicio y dígnate socorrerme con piedad. Amén.
PADRENUESTRO, AVEMARÍA y GLORIA
San José, Protector y Padre de Jesús, de la Iglesia, de mi alma, a tu patrocinio recurro.
San José, ruega e intercede por nosotros. Amén
Que Dios nos conceda a todos, por la intercesión del Santo Patriarca San José, las Gracias que necesitamos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén