Mi Confesión Mensual: Planificación
Si queremos comprometernos a llevar a cabo este reto de la Confesión mensual, debemos prepararnos, planificar y actuar.
Cuando nuestras metas son de carácter espiritual tenemos un gran aliado, el ESPÍRITU SANTO; por lo tanto, acudamos a Él. Con Su ayuda, inspiración y fortaleza se abrirán puertas, que con nuestras propias fuerzas será más difícil.
Para adquirir la costumbre de acudir al Sacramento de la Confesión o Reconciliación con más frecuencia, muchísimos santos primeramente acudían al auxilio del Espíritu Santo.
Él es quien nos muestra nuestras faltas, nuestros pecados, en qué hemos caído y ofendido a Dios. Nos pone en el corazón el sentimiento de arrepentimiento y dolor de haber pecado.
Comencemos nuestro caminar invocando la fuerza del Espíritu Santo de varias maneras:
- Pidámosle que nos abra nuestro corazón para amar cada vez más a Dios.
- Pidámosle que nos consiga un buen sacerdote con quien hacer nuestra confesión mensual.
- Pidámosle que nos de sed de conocer más sobre este sacramento y perseverar.
Como en todo proyecto, la preparación y planificación es fundamental:
- Escojamos un fin de semana al mes para nuestra confesión. Así lograremos hacer un hábito.
- Con anticipación busquemos los horarios de confesiones en diferentes parroquias. Tengamos esto a la mano para evitar cualquier contratiempo.
- En la medida de lo posible, tratemos de hacer una confesión general bien hecha. Muchas veces nos da vergüenza confesarnos con nuestro párroco; pues entonces, acudamos a otra iglesia donde nadie nos conoce.
- Aprendamos cómo se hace una buena confesión.
- Hagamos de ésto un proyecto familiar, enseñemos con el ejemplo a nuestros hijos y a nuestros cónyuges.
En las próximas publicaciones iremos aprendiendo cómo hacer una buena confesión mensual.
Anímate,
¡No tengamos miedo a ser santos! – San Juan Pablo II, Papa Francisco
Te invito a leer el próximo artículo: ¿Qué pasa dentro del Confesionario?