La Práctica de la Humildad – León XIII – Libro
La Práctica de la Humildad, consta de 60 puntos que constituyen un guión de cómo se debe vivir para conseguir la virtud de la humildad. “No creas que vas a adquirir la humildad sin las prácticas que le son propias.”
El fundamento de la perfección cristiana, según opinión unánime de los santos Padres, es la humildad. Para hacerse grande, dice San Agustín, es necesario empezar por hacerse pequeño.
Es verdad incontrastable que no habrá misericordia para el soberbio, que se le cerrarán las puertas del reino de los Ciclos, y que sólo al humilde ha de abrirlas el Señor. Para convencerse de esta verdad basta abrir las Sagradas Escrituras, que continuamente nos enseñan que Dios resiste a los orgullosos, que humilla a los que se ensalzan, que hay que hacerse semejante a los niños para entraren su gloria, que quien a ellos no se asemeje será excluido, y, por último, que Dios sólo otorga su gracia a los humildes.
Todo cristiano ha contraído en el santo bautismo la obligación de seguir las huellas de Jesucristo, y éste es el modelo divino con el cual debemos conformar nuestra vida.
Ahora bien; este Dios Salvador ha llevado a tal extremo la humildad, que se ha hecho el oprobio de la Tierna para abatir la altivez y curar la llaga de nuestro orgullo, enseñándonos con su ejemplo la única vía que conduce al Ciclo. Esta es, hablando propiamente, la más importante lección del Salvador: Aprended de mí.
Tú, pues, discípulo de este divino Maestro, si ansias adquiriros la perla preciosa, que es la más segura prenda de santidad y la señal mas cierta de predestinación, recibe dócilmente los avisos que le doy, y practícalos fielmente.