Introducción a la Consagración

No lo comprendí suficientemente [a San José], pero eso cambiará. — San Juan de la Cruz

En el siglo XVI, San Juan de la Cruz, uno de los más grandes místicos de la Iglesia, reconoció con humildad que carecía de una adecuada comprensión de la grandeza de San José. Inspirado por el gran amor que su amiga, Santa Teresa de Ávila, tenía por San José, San Juan de la Cruz tomó la firme resolución de llegar a conocerlo y amarlo más.

¿Y qué hay de ti? ¿Conoces a San José? ¿Crees que comprendes su grandeza y el amor que te tiene? Pues bien, ¡prepárate! ¡La Consagración a San José te revelará sus maravillas como nunca antes!

¡Ahora es el tiempo de San José!

Admito que es una afirmación atrevida. Sin embargo, creo verdaderamente que, en nuestro tiempo, Nuestro Señor quiere dirigir de una manera más intensa nuestros corazones, familias, parroquias, diócesis y a toda la Iglesia hacia San José. Esta acción del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia ha venido cobrando impulso desde hace mucho tiempo.

Pero no me interpretes mal: San José siempre ha guardado un lugar especial en el corazón de los cristianos. A lo largo de los siglos, santos, papas, místicos, académicos y laicos por igual han alabado y exaltado la grandeza de San José. En el siglo XVI, el Espíritu Santo utilizó a Santa Teresa de Ávila para suscitar en la Iglesia una mayor conciencia de San José. Incluso antes de Santa Teresa, santos como San Bernardo de Claraval, San Bernardino de Siena y San Lorenzo de Brindisi, enfatizaron con ahínco la grandeza de San José.

En tiempos más recientes, el Beato Guillermo José Chaminade, San Pedro Julián Eymard, la Beata Petra de San José, y San Andrés Bessette, han mantenido en alto la devoción a San José en la vida de los fieles del Pueblo de Dios. Ciertamente, San Andrés Bessette inició la construcción de la que se ha convertido en la iglesia más grande dedicada a San José: el Oratorio de San José en Montreal, Canadá. San José Manyanet, un sacerdote español del siglo XIX, promovió fervientemente la devoción a San José y a la Sagrada Familia. Profetizó que pronto llegaría a la vida de la Iglesia un “tiempo de San José”. Escribió:

Creo que el verdadero tiempo de san José no ha llegado todavía: después de dos mil años empezamos solo ahora a entrever algo del misterio en el cual está inmerso.

Pues bien, ¿sabes qué? ¡El tiempo de San José es ahora! ¿Cómo puedo afirmarlo con tal convicción? Muy simple: Dios nos ha dado claras indicaciones de que quiere que su Pueblo ponga mayor atención a San José; indicaciones todavía más claras que en cualquier otro tiempo de la historia de la Iglesia. En 1961, el santo Papa Juan XXIII lo dijo rotundamente al escribir:

En el culto de la Santa Iglesia, Jesús, Verbo de Dios hecho hombre, pronto tuvo su adoración incomunicable como esplendor de la sustancia de su Padre, que resplandece en la gloria de los Santos. María, su madre, le siguió muy de cerca desde los primeros siglos en las representaciones de las catacumbas y basílicas, piadosamente venerada como sancta María mater Dei. En cambio, José, fuera de algún resplandor de su figura que aparece aquí o allá en los escritos de los Padres, permaneció durante siglos y siglos en su ocultamiento característico, casi como figura decorativa en el cuadro de la vida del Salvador. Y requirió tiempo antes de que su culto penetrase de los ojos al corazón de los fieles y de él sacasen especiales lecciones de oración y confiado abandono. Estas fueron las alegrías fervorosas reservadas a las efusiones de la edad moderna —¡qué abundantes e impresionantes!

Lo que el Vicario de Cristo afirmó claramente es que ahora es el tiempo de San José. Vivimos en tiempos modernos, tiempos en los que la Iglesia es testigo de una era de devoción a San José sin precedentes. Según el santo Papa Juan XXIII, Dios desea que la devoción a San José surja en nuestros días en forma de especiales oraciones de “confiado abandono.” Eso significa una cosa en particular: ¡Es tiempo de una consagración total a San José!

Permíteme explicar un poco más cómo Dios ha estado guiando a la Iglesia hasta este momento.

En el 2018, publiqué un devocionario diario a San José intitulado “St. Joseph Gems: Daily Wisdom on Our Spiritual Father” (Joyas de San José: sabiduría diaria de nuestro Padre Espiritual). En la introducción, incluí una lista de eventos importantes — indicadores divinos, si así se quieren ver — ocurridos en los últimos 150 años, que muestran la creciente importancia de San José en la vida de la Iglesia. Muestran claramente que estamos viviendo en un tiempo de San José sin precedentes. Esta es la lista:

1868 — El Beato Jean-Joseph Lataste, OP, le escribe una carta al Beato Papa Pío IX pidiéndole declarar a San José “Patrono de la Iglesia Universal”.

1870 — El Beato Papa Pío IX declara a San José “Patrono de la Iglesia Universal”.

1871 — Fundación de la Sociedad de San José del Sagrado Corazón (Padres Josefitas) por el Cardenal Herbert A. Vaughan.

1873 — Fundación de la Congregación de San José por San Leonardo Murialdo.

1878 — Fundación de la Congregación de los Oblatos de San José por San José Marello.

1879 — Apariciones en Knock, Irlanda. San José aparece con la Santísima Virgen Maria, San Juan Apóstol y Jesús (que se presenta como Cordero de Dios).

1889 — El Papa León XIII escribe Quamquam Pluries, una Carta Encíclica sobre San José.

1895 — La Beata Petra de San José inicia la construcción del Real Santuario San José de la Montaña, en Barcelona, España, que es consagrado en 1901. Durante su beatificación en 1994, San Juan Pablo II nombra a Petra la “apóstol de San José del siglo XIX”.

1904 — San Andrés Bessette construye un oratorio dedicado a San José en Montreal, Canadá. Se amplía, es declarado basílica menor, y finalmente se termina en 1967. En la actualidad se le conoce como Oratorio de San José, y es considerado por muchos el centro internacional más importante de la devoción a San José.

1908 — San Luis Guanella comenzó en Roma la construcción de una iglesia dedicada a San José, que se completó y consagró como basílica en 1912.

1909 — El santo Papa Pío X aprueba oficialmente la Letanía de San José.

1914 — San Luis Guanella funda la Unión Piadosa de San José para la salvación de los moribundos.

1917 — Apariciones en Fátima, Portugal. Durante la última aparición, el 13 de octubre, San José aparece cargando al Niño Jesús y bendiciendo al mundo.

1921 — El Papa Benedicto XV inserta en las alabanzas divinas la aclamación “Bendito sea San José, su castísimo esposo.”

1947 — La Orden de Carmelitas Descalzos de España funda la primera revista teológica dedicada a San José, Estudios Josefinos.

1950s — Las presuntas apariciones de Nuestra Señora de América a la Hermana María Ephrem, enfatizan la renovada devoción a San José, y el mismo San José le habla a la vidente sobre esta devoción.

1955 — El Venerable Papa Pío XII establece la Fiesta de San José Obrero el 1° de mayo.

1962 — El santo Papa Juan XXIII inserta el nombre de San José en el Canon de la Misa (Plegaria Eucarística I).

1989 — El santo Papa Juan Pablo II escribe Redemptoris Custos, una exhortación apostólica sobre San José.

2013 — El Papa Francisco, haciéndose eco y llevando a cabo las intenciones del Papa Emérito Benedicto XVI, añade el nombre de San José en todas las Plegarias Eucarísticas. Asimismo, consagra el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José.

2020 — El Papa Francisco decretó un Año de San José para la Iglesia Católica (8 de diciembre de 2020 – 8 de diciembre de 2021). Él también escribe Patris Corde, una carta apostólica sobre San José.

¡Increíble! ¿Sabías todo eso? La mayoría de las personas desconocen estos importantes eventos. Sin exagerar, ¡la Iglesia ha hecho más para promover a San José en los últimos 150 años, que en los anteriores 1,800 años de cristianismo! Pero, ¿por qué ahora? ¿Por qué San José?

Hay muchas razones, pero me parece que hay dos que son especialmente importantes.

En primer lugar, necesitamos la paternidad espiritual de San José para ayudarnos a proteger el matrimonio y la familia. El matrimonio y la familia siempre han estado bajo ataque, pero en tiempos modernos, las amenazas han alcanzado niveles extraordinarios. Mucha gente ya no sabe lo que significa ser un hombre o una mujer, ni que hablar de lo que constituye un matrimonio y una familia. Muchos países se jactan incluso de haber redefinido el matrimonio y la familia. Existe una gran confusión en estos asuntos, mucho más que en cualquier otra época de la historia humana. La Sierva de Dios Hermana Lucía dos Santos, la vidente más longeva de las apariciones de Fátima, conocía la seriedad de estos tiempos e hizo una poderosa afirmación sobre este tema. Escribió:

La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será sobre el matrimonio y la familia.

Para combatir y vencer los engaños de Satanás, la Iglesia necesita a San José. Su ejemplo y protección son la única forma de salir del desorden y la confusión en la que estamos. ¿A quién más podríamos acudir para que nos ayude a comprender el verdadero significado del matrimonio y la familia, sino al Jefe de la Sagrada Familia y Terror de los Demonios?

En segundo lugar, todo el mundo necesita ser re-evangelizado, incluyendo a la gran mayoría de los cristianos bautizados. San José fue el primer misionero, y actualmente desea llevar de nuevo a Jesús a las naciones. Muchas naciones y culturas que anteriormente fueron cristianas se han alejado de esas raíces y van rumbo a la autodestrucción. Aquellos países que alguna vez se establecieron sobre principios judeo-cristianos se han visto rebasados por ideologías y organizaciones que buscan privar a la sociedad de todo lo que es sagrado. Si no hay un cambio drástico de rumbo, la civilización misma se encamina hacia la autodestrucción.

En una exhortación apostólica sobre San José, del año 1989, San Juan Pablo II, nos recordaba la necesidad de invocarlo en la obra de re-evangelización del mundo. Escribió:

Este patrocinio debe ser invocado y todavía es necesario a la Iglesia no sólo como defensa contra los peligros que surgen, sino también y sobre todo como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de re-evangelización en aquellos “países y naciones, en los que — como he escrito en la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Christifideles laici — la religión y la vida cristiana fueron florecientes y” que “están ahora sometidos a dura prueba”.

¡Ahora es el tiempo de consagrarse a San José! Dios le está diciendo a su Iglesia que para defender el matrimonio y la familia, elevar la moral, recuperar el terreno perdido y ganar almas para Jesucristo, necesitamos traer a San José al campo de batalla. ¡Él es el Terror de los Demonios! Con su poderosa paternidad espiritual, su increíble amor por sus hijos espirituales, y su constante intercesión, ¡la Iglesia podrá renovarse como una luz para las naciones, una hermosa ciudad sobre la colina! (ver Mt 5,14-16).

¿Qué es exactamente la consagración a San José? En otras palabras, ¿qué significado tiene para una persona estar consagrada a San José? Bien, básicamente significa que tú reconoces que él es tu padre espiritual y que quieres ser como él. Para demostrarlo, te encomiendas por entero a su cuidado paternal para que él amorosamente te ayude a adquirir sus virtudes y alcanzar la santidad. La consagración total a San José significa que, mediante un acto formal de confianza filial, te encomiendas a tu padre espiritual para que él pueda tomar bajo su cuidado tu bienestar espiritual y llevarte a Dios. La persona que se consagra a San José quiere estar lo más cerca posible de su padre espiritual, al punto de asemejarse a él en virtud y santidad. San José, por su parte, dará a sus consagrados su amorosa atención, protección y dirección.

Quizás alguna persona que esté leyendo esto ya esté consagrada totalmente a la Santísima Virgen María, y se pregunte si también puede consagrarse a San José y confiarle todo a él. La respuesta es un rotundo “¡sí!”. Dios desea que todos sus hijos estén bajo los cuidados amorosos de una madre y un padre.

Tú no eres miembro de una familia espiritual con un solo progenitor. María es tu madre espiritual y San José es tu padre espiritual. La paternidad espiritual de San José es extremadamente importante para tu crecimiento espiritual. La consagración total a María no es disminuida por la consagración total a San José. ¡María quiere que te consagres a San José! Todo lo que has entregado a Jesús y María, también se lo puedes entregar a San José. Quédate en paz. Los corazones de Jesús, María y San José son uno solo.

“¿Cómo se realiza la consagración a San José?”, te preguntarás. Para ser honesto, hay muchísimas formas de hacerla. Una simple oración encomendándote a él es suficiente. Sin embargo, si realmente quieres comprender la grandeza de tu padre espiritual, lo mejor es seguir un programa completo de preparación y consagración que tenga en cuenta la persona de San José, sus privilegios, títulos y virtudes, especialmente su amor paternal por Dios Hijo y por el resto de la humanidad. Consagración a San José ofrece un programa comprensivo de preparación y consagración a San José, tanto para una sola persona, como para familias, parroquias y diócesis. A través de este programa, ¡espero poner en marcha el primer movimiento mundial de consagración a San José!

Entonces, ¿cuál es el programa? ¿Cuál es el método? Bueno, mientras oraba para saber cómo organizar esta preparación para la consagración a San José, pensé que lo mejor sería imitar el ya probado y genuino método de 33 días de preparación empleado por San Luis de Montfort en su consagración mariana. ¿Para qué volver a inventar la pólvora, cierto? El método de los 33 días de preparación es sencillo, directo y permite a una persona abarcar bastante bien el tema. El método de preparación de San Luis de Montfort también requiere de un elemento muy importante: la oración.

Al igual que el programa de consagración mariana de San Luis de Montfort, la Consagración a San José tiene tres partes.

PARTE I
33 Días de Preparación

Antes de comenzar los 33 días de preparación, tendrás que elegir un día para tu consagración (el Día 33), que te guiará a la fecha de inicio. Eres libre para comenzar y terminar el día que elijas, pero he incluido una gráfica con las festividades litúrgicas asociadas a San José. Personalmente, pienso que es mejor elegir una fecha que coincida con una festividad litúrgica de San José para el día de la consagración. Es muy importante que recuerdes que el día de la consagración es el Día 33.

En cuanto al contenido de los 33 días de preparación, la Letanía de San José sirve como plantilla para el programa. La Letanía de San José es una poderosa oración que te ayudará a conocer y amar a tu padre espiritual porque enaltece muchos de sus títulos, privilegios y virtudes heroicas. En cada uno de los 33 días de preparación (los días 1 y 2 son las únicas excepciones), se presenta una breve exposición de cada invocación de la Letanía de San José (en la Parte I), y después una lectura sobre San José (en una sección de la Parte II), concluyendo con la recitación de la Letanía de San José (incluida en la Parte III).

Siguiendo este método, podrás llegar a conocer y amar a San José de una manera más profunda y alcanzar la preparación para una consagración plena a tu padre espiritual. Los 33 días de preparación requieren de 20 a 30 minutos diarios; y si se te pasa un día, no te preocupes; recupéralo y sigue con tu preparación. ¡Puedes hacerlo!

PARTE II
Las maravillas de nuestro padre espiritual

La Parte II contiene el material de las lecturas asignadas para cada uno de los 33 días de preparación. La mayoría de las lecturas son cortas. Diez de ellas son un poco más largas, pero no te preocupes; ninguna es aburrida. Créeme: te enamorarás de San José como resultado de esas lecturas.

He diseñado la Parte II para que sea un libro dentro de un libro. Esto significa que además de utilizar la Parte II en cada uno de los 33 días de preparación, también se puede leer como cualquier libro independientemente de estos días de preparación.

Permíteme explicarte por qué lo hice de esta manera:

Lo más seguro es que la mayoría de las personas que adquieran Consagración a San José, se enfoquen directamente en los 33 días de preparación. Sin embargo, podría haber personas que, adquiriendo el libro, aún no se sientan listas para la consagración a San José y deseen conocerlo más antes de comprometerse con una preparación de un mes para consagrarse a un santo que no conocen muy bien.

Esas personas pueden saltarse la Parte I (los 33 días de preparación) y simplemente leer la Parte II como un libro aparte. Sin embargo, es preciso que sepas que, si eliges leer la Parte II sin hacer la preparación de 33 días, cuando decidas hacerla necesitarás volver a leer las secciones asignadas de la Parte II (la lectura diaria asignada sigue un orden diferente cuando se hace la preparación de los 33 días de la Parte I).

¿Por qué la Parte II se intitula Las maravillas de nuestro padre espiritual? Podría darte una larga respuesta, pero dejaré que San Josemaría Escrivá te dé una pista. Él afirma:

San José, más que ninguna otra persona antes de él — o desde entonces — aprendió de Jesús a estar alerta para reconocer las maravillas de Dios.

¡Nuestro Dios es un Dios de maravillas! Una de sus más grandes maravillas es San José. Las maravillas de tu padre espiritual están a punto de serte reveladas como nunca antes. Naturalmente, hay muchísimas maravillas asociadas a San José, pero al investigar y escribir este libro, descubrí que hay 10 maravillas de San José que realmente son muy destacadas. Cuando pongas tu atención en estas 10 maravillas, comprenderás de mejor manera quién es San José y por qué debes amarlo profundamente.

PARTE III
Oraciones a San José

La Parte III de la preparación a San José es extremadamente importante porque incluye la oración. La preparación para la consagración a San José debe incluir la oración; oración diaria. Sin la oración diaria la preparación para consagrarte a San José sólo te proporcionaría información de San José y no te ayudaría a adquirir una relación filial con él. Definitivamente son muchas las cosas que debes conocer de San José, pero es muy importante que también te enamores de él. La oración diaria te ayudará a desarrollar una relación amorosa con tu padre espiritual. Por eso, el libro incluye la Letanía de San José no sólo por su riqueza teológica, sino también porque te ayudará a orar diariamente con ella. Cuando termines los 33 días, ¡te sorprenderás de haberla memorizado!

La Parte III incluye varios actos de consagración a San José, así como muchas otras oraciones a nuestro padre espiritual. El día de tu consagración, podrás elegir libremente cualquiera de los actos de consagración, el que más te guste; y si prefieres, puedes hacer tu propia oración de consagración. Si haces en grupo la preparación y consagración, es recomendable que reciten todos juntos la misma oración de consagración. En esta sección también encontrarás la oración Veni, Sancte Spiritus.

Al final del libro se hallan las instrucciones sobre “Cómo hacer los 33 Días de Preparación y Consagración en grupo”. Se proporciona todo lo necesario para las reuniones semanales en grupo, así como las preguntas para la reflexión y el diálogo de cada reunión. La preparación y consagración grupal es perfecta para parroquias y grupos de oración. Todo lo que el grupo necesita para prepararse para la consagración está contenido en un solo libro (sin embargo, es necesario que cada persona tenga su propio libro).

Consagración a San José concluye con una meditación para la solemnidad de San José por el Beato Guillermo José Chaminade; un increíble artículo del Padre Reginald Garrigou-Lagrange, OP; una breve lista de iglesias y santuarios dedicados a San José alrededor del mundo, y hermosas obras de arte que han sido encargadas y confeccionadas exclusivamente para este libro.

Querido amigo o amiga: estás a punto de embarcarte en un viaje que cambiará tu vida. Estar cerca de San José es una gracia especial de Dios. Al hacer estos 33 días de preparación y consagración a San José, recibirás muchas gracias y bendiciones. En sus días, San Maximiliano Kolbe hizo la pregunta: “¿Quién eres, oh Inmaculada Concepción?” Buscó responder a esa pregunta a través de su predicación, sus escritos y un apostolado para promover la consagración mariana. Hoy en día muchas personas se hacen una pregunta semejante sobre San José: “¿Quién eres, San José?” Consagración a San José responderá esa pregunta y ofrecerá a la Iglesia una renovada comprensión y apreciación del gran San José.

¡Es tiempo de consagrarse a San José!

Muy Rvdo. Donald H. Calloway, MIC, STL
Vicario Provincial — Padres Marianos de la Inmaculada Concepción Provincia de la Santísima Virgen María, Madre de la Misericordia

Continuar con el Día 1

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