33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
DÍA 7 – JOSÉ, LA SOMBRA DEL PADRE CELESTIAL
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.
San José, ruega por nosotros.
CITA
“Todos los privilegios de san José se deben a que tuvo el encargo de hacer de padre de Jesús” (Juan Pablo II).
REFLEXIÓN
José ha sido identificado por algunos teólogos como la sombra del Padre celestial. En el Antiguo Testamento, la presencia de Dios se identificó con una nube que hacía sombra y marcaba el lugar donde se levantaba “la tienda de Yahvé”. Ese era el lugar del encuentro con Aquél a quien no podían ver cara a cara y cuyo nombre no podían pronunciar. La sombra tenía una connotación de protección casi maternal, recordándonos que Dios es tanto Padre como Madre.
El Padre es el Misterio insondable, el Principio de todo, el Silencio que engendra al Verbo. Si José es la sombra del Padre, se justifica su silencio, es parte de su esencia. Podríamos decir que en José, está la presencia escondida de Dios Padre.
Reflexionemos en estas semejanzas entre José y el Padre celestial. A Dios nadie puede verlo nunca, José pasa casi desapercibido. El Padre es silencio eterno y nosotros no contamos con una sola palabra que haya salido de labios de José. José desplegó su creatividad en su oficio de artesano, mientras que el Padre es el artesano Creador del universo. José cuidó de la Sagrada Familia así como el Padre cuida de todas sus creaturas. Jesús los llamó por igual “abbá”.
En su sencillez y humildad, José nunca pretendió y quizá nunca fue consciente de personificar al Padre del cielo, pero con plena consciencia y decisión asumió la paternidad terrena de Jesús.
PROPÓSITO O TAREA
En oración, pidamos a Dios Padre la gracia de conocerle mejor a través de la figura paterna de José y de nuestro propio padre en la tierra.
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María
A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
¡Oh, bienaventurado José!
Muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía y defiéndenos de todo mal.
Amén.
(Francisco. Patris Corde)
Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.