Día 33 – Lo hizo Señor de su Casa y administrador de todas sus posesiones

Así como Dios Todopoderoso designó a José, hijo del patriarca Jacob, a que guardara grano para el pueblo en toda la tierra de Egipto, de igual forma en la plenitud de los tiempos, decidió enviar a su único Hijo a la tierra, al Salvador del Mundo, eligiendo a otro José a imagen del primero para que fuese señor y gobernador de su casa y posesiones, guardián de sus tesoros más valiosos.
— Beato Papa Pío IX

Nuestro padre espiritual San José es señor, jefe y guardián de los tesoros del cielo. Muchos santos creen que Jesús habló de la grandeza de San José en sus predicaciones. Ocurrió cuando la madre de Santiago y Juan le preguntó a Jesús si sus hijos podían sentarse junto a Él en su reino. El texto dice lo siguiente:

Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo. «¿Qué quieres?», le preguntó Jesús. Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». «No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?». «Podemos», le respondieron. «Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre». Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser vendido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud».
— Mt 20, 20-28

¿Qué concluimos de la afirmación de Jesús? ¿Qué personas ha preparado el Padre para que se sienten al lado de Jesús en el cielo? Obviamente, María, la Madre de Jesús, se sienta a la derecha de Jesús. Ella es la Reina Madre en el reino de Dios. ¿Y el lado izquierdo? ¿Para quién está reservado ese sitio? Tiene lógica que esté reservado para San José. Es apropiado que Dios ponga a San José del lado izquierdo de Jesús porque ¡no hay ningún santo más grande que el padre de Jesucristo!

Es un crimen monstruoso que un padre sea pobre mientras el hijo(a) vive en abundancia. ¿Quién podría imaginar que el Hijo de Dios, que es maestro de todas las virtudes, olvidaría a José a quien amó y valoró como su padre? Él [Jesús] no debe haber escatimado ningún esfuerzo para enriquecerlo.  
— Beato Guillermo José Chaminade

Sentado a la izquierda de Jesús en el Reino celestial, San José distribuye todos los tesoros del cielo.

La devoción a San José es una de las gracias selectas que Dios puede darle a un alma, porque es equiparable a revelarle todo el misterio de las gracias de Nuestro Señor.  
— San Pedro Julián Eymard

SAN JOSÉ ES TU REFUERZO.

Permite que él refuerce y haga crecer tu intimidad con Jesús y María.

José es un intercesor muy poderoso y, por tanto, hacemos bien en tenerle gran devoción, honrarlo y consagrarnos a él, algo sumamente agradable a Jesús y a María, quienes consideran que se hace a ellos lo que se hace a San José.
— San Pedro Julián Eymard

¡No sabemos con precisión cuánto le debemos a [San José]. Es un secreto que no se nos revelará hasta el gran día; pero no dudemos de que aquel a quien Dios confió el cuidado de toda su casa, nos ha concedido favores especiales que requiere nuestro más sincero agradecimiento.
— Venerable Nelson Baker

LETANÍA DE SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros

Santa María, Ruega por nosotros
San José, Ruega por nosotros
Noble Retoño de David, Ruega por nosotros
Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros
Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros
Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros
Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros
Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros
Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros

José Justísimo, Ruega por nosotros
José Castísimo, Ruega por nosotros
José Prudentísimo, Ruega por nosotros
José Valientísimo, Ruega por nosotros
José Obedientísimo, Ruega por nosotros
José Fidelísimo, Ruega por nosotros

Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros
Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros
Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros
Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros
Pilar de las Familias, Ruega por nosotros
Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros
Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros
Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros
Terror de los Demonios, Ruega por nosotros
Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.

V. Lo hizo Señor de su Casa
R. Y administrador de todas sus posesiones

Oremos: Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA DE LA CONSAGRACIÓN

Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Felicidades!!! Hoy te consagrarás por entero a San José.

Un programa integral de consagración a San José se ha estado desarrollando desde hace tiempo. Ha tomado siglos para que el arma secreta de la consagración a San José se desarrollara. Ahora que ha sido revelada, Dios te eligió para recibir esta enorme bendición en tu vida espiritual. Has sido elegido(a) en este momento de la historia para ser parte de la Consagración a San José. ¿Estás consciente de lo bendecido(a) que eres?

En otros tiempos los santos habrían estado felices de tener un método completo de preparación y consagración a San José. Sus santos instintos sabían de la grandeza y maravillas de San José, y cada uno a su manera buscó la forma de honrarlo y amarlo con devoción filial, pero eres tú quien aparecerá entre los primeros en la historia de la Iglesia que vivirán en una extraordinaria era de devoción a San José. ¡La era de San José!

La Santísima Trinidad quiere que San José sea más conocido y amado. Has sido invitado a imitar las virtudes y santidad del corazón puro de San José. Con San José a tu lado, la virtud y santidad se incrementará en tu vida. Cubierto por el manto paternal de San José, estarás protegido de cualquier daño espiritual; no hay nada que temer. Tu padre espiritual es el padre de Jesús, el esposo de la Madre de Dios y ¡el Terror de los Demonios!

El que honra a su padre expía sus pecados… Honra a tu padre con obras y de palabra, para que su bendición descienda sobre ti.
— Ecl 3, 3; 8

Por el resto de tu vida ama, confía y honra a San José. Acude a él en tiempos de bonanza, en tiempos de pobreza, en tiempos buenos y malos. Él será tu guardián, tu fortaleza, y tu certeza de que no te perderás. Si te sientes preocupado, acude a José. Si te sientes ansioso, acude a José. Si te sientes solo, si sufres una pérdida, o si tienes tentaciones, ¡corre hacia José! Él jamás estará lejos de ti. Él escuchará tu voz y será tu pronta defensa. Cual intrépido guerrero, tu padre espiritual correrá a tu lado y te protegerá.

Dios exige mucho de ti, pero te favorecerá generosamente en esta tierra y te exaltará si decides imitar a San José en sus virtudes.
— San José Sebastián Pelczar

Nunca olvides lo que has aprendido en estos días de preparación. Renueva tu consagración frecuentemente. Esfuérzate por agradar al amoroso corazón de tu padre espiritual. Evita el pecado y vive como un fiel miembro de la Iglesia con tu mirada puesta en Jesús, María y San José, aunque los escándalos persistan. Ellos jamás te decepcionarán, jamás te abandonarán, siempre te amarán y estarán a tu lado.

Le he pedido a Nuestro Señor que me conceda tener a San José como padre, así como me entregó a María como Madre; que ponga en mi corazón esa devoción, esa confianza, ese amor filial de un tutelado, de un devoto de San José. Confío en que el buen Maestro escuchó mis plegarias porque ahora siento mayor devoción hacia este gran santo, y estoy lleno de confianza y esperanza.
— San Pedro Julián Eymard

A continuación, REZAR UN ACTO DE CONSAGRACIÓN

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