Día 33: Día de la Consagración a San José

Día 33: Consagración a San José

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

¡Felicidades! ¡Lo lograste!

Hoy, te consagrarás a San José. La Santísima Trinidad quiere que se le conozca y ame más a San José. Tú has sido invitado a imitar las virtudes y la santidad del corazón puro de San José. Con San José a tu lado, las virtudes y la santidad aumentarán en tu vida. Con el manto de San José sobre ti, estarás protegido de todo daño espiritual. ¡No tengas miedo! Tu padre espiritual es el padre de Jesús, el esposo de la Madre de Dios y el Terror de los demonios.

 

Reza las Letanías de San José:

Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros. Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo óyenos. Cristo óyenos con tu gracia.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Padre adoptivo del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Ferviente defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José, justísimo, ruega por nosotros.

José, castísimo, ruega por nosotros.

José, prudentísimo, ruega por nosotros.

José, valentísimo, ruega por nosotros.

José, obedientísimo, ruega por nosotros.

José, fidelísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nosotros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.

Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.

Pilar de las familias, ruega por nosotros.

Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos con tu gracia, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros.

V.- Lo hizo señor de su casa.
R.- Y príncipe de todas sus posesiones.

Oremos:
Oh Dios, que en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima
Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al que veneramos como nuestro
protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Acto de Consagración a San José:

¡Oh, glorioso patriarca y patrón de la Iglesia! ¡Oh, esposo de la virgen Madre de Dios! ¡Oh, guardián y padre virginal de la Palabra encarnada! En la presencia de Jesús y María,

YO, _____________________________,  te escojo este día para ser mi padre, mi guardián y mi protector.

¡Oh, gran San José, a quien Dios ha hecho el Jefe de la Sagrada Familia, acéptame, te lo suplico, aunque sea completamente indigno, como miembro de tu “Santo Hogar”. Preséntame a tu Inmaculada esposa y pídele que también me adopte como a su hijo. Con ella, ora para que siempre tenga presente a Jesús y lo sirva con fidelidad hasta el final de mi vida.

¡Oh, Terror de los Demonios, aumenta en mí la virtud, protégeme del maligno y ayúdame a no ofender a Dios de ninguna forma! Oh, mi padre espiritual, aquí estoy para consagrarme a ti. En fiel imitación a Jesús y a María, pongo todas mis preocupaciones bajo tu cuidado y protección. A ti, después de a Jesús y a María, te consagro mi cuerpo y mi alma, con todas sus facultades, mi crecimiento espiritual, mi hogar y todos mis asuntos y actividades.

No me abandones, sino adóptame como servidor y como hijo de la Sagrada Familia. Cuida de mí siempre, pero especialmente a la hora de mi muerte. Consuélame y fortaléceme con la presencia de Jesús y de María para que, contigo, pueda alabar y adorar a la Santísima Trinidad por toda la eternidad. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

 

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