Día 31: La Sagrada Familia como modelo de vida cotidiana y santa

Día 31: La Sagrada Familia como modelo de vida cotidiana y santa

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh queridísimo San José, me consagro en tu honor, y me doy enteramente a ti, para que tú siempre seas mi padre, mi protector y mi guía en el camino a la salvación. Obtén para mí una gran pureza de corazón y un amor ferviente a la vida interior. Siguiendo tu ejemplo, que todos mis actos sean para la gloria más grande de Dios, en unión con el divino corazón de Jesús y el corazón inmaculado de María.

Oh bendito San José, ora por mí, para que pueda compartir en la paz y alegría de tu santa muerte. Amén.

Durante los últimos 30 días hemos reflexionado en varios aspectos de la vida de San José. Espero que hayas llegado a conocerlo y que su vida te haya inspirado. Hemos invocado su intercesión en una amplia variedad de necesidades. Hoy simplemente pídele que sea nuestra intercesor. Como primer paso hacia el día de la consagración le ofrecemos esta oración para encomendarnos a su cuidado paternal.

Meditación del día, le hablamos a San José:

Querido San José:
Después de María, tú eres el intercesor más poderoso ante Dios. De alguna manera, Jesús te sigue siendo obediente y te escuchará cuando le lleves mis intenciones. Por esta razón, yo, de manera especial quiero encomendarme a tu cuidado paternal de la misma forma en que Jesús lo hizo. Y aunque en el pasado te haya entregado algunas de mis intenciones aquí y allá, esta vez quiero hacer algo nuevo. Esta vez, quiero dártelo todo. En otras palabras, San José, no estoy aquí para ofrecerte una “novena” regular por una de mis intenciones, sino que, quiero para siempre encomendarte a ti todas mis necesidades y preocupaciones con la confianza en que se las llevarás, con María, a tu Hijo, Jesús.

Querido José, como el mejor de los padres, como el elegido para ser el padre virginal de Jesús, creo que tú sabes lo que necesito mejor que yo mismo. Así que, adelante, San José. Te doy mi permiso para cuidar de mí como a tu hijo. Al hacerlo, confío en que harás todo lo que esté en tu poder para hacer de mi vida algo hermoso para Dios. Confío en que me cuidarás y en que tus oraciones me guiarán, bendecirán y protegerán. Confío en que ahora me cuidarás con el mismo amor y ternura con que cuidaste de Jesús. Confirmaré esta relación especial contigo en nueve días, cuando realice mi oración de consagración. San José, Intercesor poderoso, por favor, ora por mí y todas mis intenciones. Amén.

Propósito del día:

Tómate un momento para hacer una lista de las intenciones personales que se te vengan a la mente y termina con las palabras “y por todas las demás intenciones de mi corazón, San José, te las entrego en mi consagración”.

Tomo un minuto para meditar todas estas cosas en mi corazón (Lucas, 2:19)

Reza las Letanías de San José:

Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros. Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo óyenos. Cristo óyenos con tu gracia.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Padre adoptivo del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Ferviente defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José, justísimo, ruega por nosotros.

José, castísimo, ruega por nosotros.

José, prudentísimo, ruega por nosotros.

José, valentísimo, ruega por nosotros.

José, obedientísimo, ruega por nosotros.

José, fidelísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nosotros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.

Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.

Pilar de las familias, ruega por nosotros.

Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos con tu gracia, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros.

V.- Lo hizo señor de su casa.
R.- Y príncipe de todas sus posesiones.

Oremos:
Oh Dios, que en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima
Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al que veneramos como nuestro
protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Oración final diaria:

¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús y el de María, por tu mismo corazón, te ruego que tomes un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y modelo en la vida espiritual, en el camino de la perfección, para que imitando tus virtudes obtengas mi felicidad eterna. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Amén

Translate »
error: Content is protected !!