Día 12 -Duda de San José

33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
PARTE 2. LOS SENTIMIENTOS DE JOSÉ EN EL EVANGELIO

Las citas en esta segunda parte son tomadas de la antigua devoción de “Los siete dolores y gozos de san José”, que surgen a partir de la revelación a dos frailes franciscanos que se encomendaron a su cuidado mientras permanecieron náufragos por dos días.

DÍA 12 –DUDA DE SAN JOSÉ

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.

San José, ruega por nosotros.

CITA

No sabiendo todavía el misterio de la Encarnación, quiere José separarse de su esposa: ¡qué amargura!

Mas un ángel le revela que María ha concebido por obra del Espíritu Santo: ¡qué alegría para tan santo y amante esposo!

REFLEXIÓN

José fue un hombre prendado de la belleza interior y exterior de María, conocía la pureza de su corazón y su gran amor por Dios. Desde el momento que quedaron comprometidos, José debe haber esperado con mucha ilusión el día de su matrimonio. En general es aceptado que los futuros esposos habían hablado de una promesa de virginidad como ofrenda al Señor, lo que no restaba al proyecto conyugal de crecer juntos, acompañarse, cuidarse y amarse profundamente. Siendo así, no debe extrañarnos que José se haya turbado con el anuncio de su embarazo.

Conociendo la inocencia de María y la justicia de José, es difícil pensar que él haya dudado de ella. Al hablar de cómo sucedieron las cosas, José creyó en María pero se sintió inseguro de sí mismo, dudó de su participación en el misterio y sobrepasado por la sensación de su pequeñez, fue que pensó en dejarla en secreto. Experimentó el temor de Dios, un don del Espíritu Santo.

María se limitó a narrarle a José cómo habían sucedido las cosas, debe haber percibido su sufrimiento y confusión, pero sabía que no le correspondía decirle qué hacer. Ella simplemente repitió: “hágase” y confiando en Dios, esperó la decisión de su prometido.

¡Qué paz y alegría habrán llenado el corazón de José cuando identifica la voz divina en el mensaje del ángel! “No temas…” (Mt 1, 20). Así fue confirmado en su misión, en la voluntad de Dios para su vida, que era su verdadera felicidad.

PROPÓSITO O TAREA

En oración, pidamos a san José que interceda por los niños no nacidos y todas las mujeres embarazadas, tanto las que esperan con ilusión a su hijo, como las que sienten miedo o piensan que sería mejor no tenerlo.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

San José, guardián de Jesús y casto esposo de María,
tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber,
tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos.
Protege bondadosamente a los que recurren confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú también conociste pruebas, cansancio y trabajos.
Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría
por el íntimo trato que goza con el Hijo de Dios,
el cual te fue confiado a ti a la vez que a María, su tierna Madre.
Amén.

(San Juan XXIII)

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

Translate »
error: Content is protected !!