Día 11 – Muerte de José

33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

DÍA 11 – MUERTE DE JOSÉ

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.

San José, ruega por nosotros.

CITA

“José habrá dicho a Jesús: «Hijo mío, de la misma manera que tu Padre celestial puso tu cuerpo en mis manos cuando viniste al mundo, yo al dejar el mundo, pongo mi espíritu en las tuyas»” (san Francisco de Sales).

REFLEXIÓN

En las Sagradas Escrituras, José desaparece después de que Jesús es encontrado en el templo. Él sabía que Jesús era el Mesías que habría de liberar a su pueblo y seguramente conocía las profecías de Isaías sobre el siervo de Yahvé, pero desconocemos si Jesús habrá tenido con José una conversación sobre cómo habría de sufrir su Pasión. Si ese fuera el caso, podemos imaginar ¡cuánto habrá deseado José poder estar ahí para acompañar y apoyar a su hijo en el cumplimiento de su misión y a María en su dolor! Pero una vez más, José pronunció su “hágase” y aceptó la voluntad de Dios en su vida.

José dedicó toda su vida y sus haberes a cuidar de Jesús y de María. Buscó siempre darles lo mejor, complacerles en todo, asegurarse de que nada malo les pasara. Y en sus últimos momentos los tiene ahí, cada uno a un lado, sosteniendo su mano. Seguramente les habrá agradecido por haber llenado su vida de amor y de sentido, y con humildad les habrá pedido perdón por sus fallas o lo que les haya faltado.

Repasemos la escena retratada en un antiguo devocionario a San José. En su lecho de muerte, Jesús le dice: “Después de mi muerte resucitarás conmigo y te recompensaré en el cielo el cariño y los cuidados que nos has prodigado a mí y a tu esposa dulcísima. Recibe pues, padre e hijo mío, mi bendición, mis manos se abren para colmarte de gracias a ti y a los que sean sinceramente devotos tuyos”. Jesús y María dieron a José el último adiós. José les echa la última mirada y mientras Jesús y María estrechaban a José entre sus brazos, José dio el último suspiro de amor, murmurando dulcemente “¡Jesús… María!”.

PROPÓSITO O TAREA

Haz una oración por las personas que van a morir este día. Pide a san José que les alcance la gracia de morir como él, cerca del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María

A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.

¡Oh, bienaventurado José!

Muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía y defiéndenos de todo mal.

Amén.

(Francisco. Patris Corde)

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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