33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
DÍA 10 – JOSÉ Y LA CRUZ
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.
San José, ruega por nosotros.
CITA
“El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío” (Lc 14,27)
REFLEXIÓN
Si nadie puede ser discípulo sin llevar la cruz, mucho menos puede ser padre adoptivo. No hay razón para pensar que José no haya cargado la suya.
La tentación se hizo muy presente inmediatamente después de que José fue puesto al tanto del embarazo de María. El demonio lo azotó con sentimientos de pequeñez e indignidad sugiriéndole que era mejor dejarla en secreto. Tuvo que hacer caso omiso de las habladurías en referencia al embarazo fuera de tiempo de su esposa. ¡Cuánto le habrá costado a José aceptar que su hijo naciera en un refugio de pastores y animales! Seguramente, él hubiera querido ofrecer un cordero en la presentación de su hijo en el templo, pero abrazando su pobreza se tuvo que conformar con dos pichones. Imaginemos las dificultades y esfuerzos que implicaron la travesía a Egipto, establecerse en el extranjero y luego, comenzar una vez más en Nazaret.
No, la vida de José no fue una vida sin cruz. “Dios no ha puesto jamás en una situación de combate espiritual similar a un alma más santa y amada por Él con amor de predilección”(Michael Gasnier, Los silencios de José).
Pero José, siempre abierto a la gracia, con una fe profunda que le permitió abandonarse confiadamente en Dios, salió triunfante de cada una de las pruebas. Por eso se considera a san José “el terror de los demonios”, capaz de identificar la tentación y con su intercesión asistir en el discernimiento y la superación de la misma.
PROPÓSITO O TAREA
Contempla por unos minutos a Jesús clavado en la cruz. Pide a san José que te ayude a discernir sobre qué te hace falta para tomar la cruz en tu vida, cuál es el obstáculo o la tentación más fuerte y solicita su asistencia para superarlo.
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María
A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
¡Oh, bienaventurado José!
Muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía y defiéndenos de todo mal.
Amén.
(Francisco. Patris Corde)
Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.