Día 1: José, Hijo de David

33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
PARTE 1. CONOCIENDO A JOSÉ

“Yo me lo imagino joven, fuerte, quizá con algunos años más que nuestra Señora, pero en la plenitud de la edad y de la energía humana. Sabemos que no era una persona rica: era un trabajador como millones de otros hombres en todo el mundo; ejercía el oficio fatigoso y humilde que Dios había escogido para sí, al tomar nuestra carne y al querer vivir treinta años como uno más entre nosotros” (San Josemaría Escrivá).

DÍA 1 – JOSÉ HIJO DE DAVID

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.

San José, ruega por nosotros.

CITA

“José, hijo de David, no temas” (Mt 1, 20).

REFLEXIÓN

El ángel reconoce a José como hijo de David, y por lo tanto lo relaciona directamente con la profecía sobre el Mesías. El acto de fe de José que le lleva a adoptar a Jesús, proporciona el marco legal y social por el que Jesús es integrado al linaje de David. Al fiat de María se agrega el asentimiento de fe de José, y así, “ambos fundan el verdadero Israel”.

Como hijo de David, José era fiel observante de la Ley y conocía las Escrituras. De alguna manera sabía que de su familia tendría que nacer el Mesías, a quien, como todo judío, esperaba ansiosamente y lleno de esperanza.

Detengámonos a pensar por un momento lo que debe haber significado para él darse cuenta que no sería de otro, sino de él mismo, de quien dependería la misión de custodiar y cuidar al Mesías. No es difícil imaginar su sorpresa, su sensación de pequeñez, de asombro ante el misterio.

¡Cuánta fe y cuánto abandono confiado en la elección de Dios!

Pidamos a san José que con la misma sencillez y humildad nos conceda descubrir el incomparable don de haber sido llamados a la fe cristiana. Nosotros también hemos sido elegidos para ser hijos de Dios en la Iglesia. Pertenecemos a este linaje por pura bondad y misericordia de Dios.

PROPÓSITO O TAREA

Hacer una acción de gracias por el don de la fe, por la pertenencia a nuestra santa Iglesia Católica y pidamos a san José que nos ayude a corresponder con nuestra vida a tan maravilloso regalo.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María

A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.

¡Oh, bienaventurado José!

Muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía y defiéndenos de todo mal.

Amén.

(Francisco. Patris Corde)

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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