Camino hacia Belén: Día 27

SAL DE TU CIELO: 33 DÍAS DE CAMINO HACIA BELÉN

DÍA 27: TE REGALO MI ANUNCIO

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponerse en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

ORACIÓN CAMINO A BELÉN

Querido niño Jesús: Te quiero hacer presente aquí, en este rato de oración. Muchas veces pienso en ti, me acuerdo de ti, pero no te pienso. Pensarte es quererte y quererte es buscarte. Sí, quiero buscarte, caminar hacia ti, pero sabiendo que Tú me buscas siempre primero. Quiero recorrer este camino de la mano de María, tu madre, sostenido por el auxilio del Espíritu Santo, para que tu Amor se revele en plenitud dentro de mi corazón en esta Navidad.

CITA

Pero, ¿cómo van a invocar a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo van a oír sin que se les predique? ¿Y cómo van a predicar si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian el bien! (Rm 10, 14-15)

REFLEXIÓN

Estamos juntos, reunidos alrededor de esta corona que marca el final de nuestra espera, ya estás tan cerca Jesús. Gracias a la fe que nos has dado, anhelamos con tanta alegría tu presencia entre nosotros.

Detengámonos por un momento a pensar en todas aquellas personas que tienen el corazón vacío de Dios en esta Navidad, en los que no te conocen o los que ya no creen, no esperan. ¡Qué sin sentido debe ser la vida cuando se piensa que termina con la muerte! ¡Qué triste debe ser no conocerse amado con amor eterno!

Es cierto, pero… no podemos quedarnos así, solo pensando. Como bautizados, tenemos la misión de llevar la Buena Noticia a todos los corazones. Al final de cada misa somos “enviados” al mundo, a dar testimonio del amor de Dios. ¿Somos conscientes de esto?

¿Quién de nosotros se considera enviado para predicarte? ¿Cómo asumimos nuestra responsabilidad de hablar de ti para que otros crean y puedan invocarte, alabarte, darte gracias y amarte?

Tomemos el ejemplo de María Magdalena, la primera testigo de tu Resurrección, la que no dudó por un segundo en correr a anunciar lo sucedido pues nunca olvidó la mirada de misericordia con la que la levantaste de su vida de pecado.

Pidamos a Dios que nos haga valientes, responsables e incansables mensajeros de su Amor.

ORACIÓN

A TUS PIES SEÑOR, ENCONTRÉ EL AMOR

Dichosos los pies del mensajero
que con humilde amor son regados
con lágrimas nacidas de pecados
y en amor que abraza el don verdadero

María, dime, Magdalena ¿qué contemplas
en tu corazón de heridas abiertas?
Aquí estoy, tu Maestro, a la espera
de darte la vida que deseas

Si al Maestro ya a las puertas
de tu corazón herido abiertas
acoges en tu alma más perfecta

Misericordia quiero, mi Señor, no tardes
que mis heridas duelen
Fui perdida y ahora hallada en ti
por quien siempre fui amada

Levanta, oh mujer, tu rostro y tu mirada
Derrama tu perfume sobre esta mi cabeza
Tuyo soy por fin
en tu alma que por mí es rescatada

Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra, L.C.

PROPÓSITO

Pensaremos en una forma concreta de llevar a cabo juntos una acción evangelizadora sobre el nacimiento de Jesús que siembre esperanza en los corazones antes del día de Navidad.

Autor y Voz: Padre Guillermo Serra, L.C.

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