CAMINO DE CUARESMA – DÍA 39 –  V SÁBADO DE CUARESMA

CAMINO DE CUARESMA: 40 DÍAS JUNTO A JESÚS
DÍA 39 –  V SÁBADO DE CUARESMA
SOLO POR HOY

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponernos en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

ORACIÓN INICIAL

Sólo en Dios descansaré, de él viene mi esperanza, sólo él mi roca, mi salvación, mi baluarte; no vacilaré. En Dios está mi salvación y mi honor, Dios es mi roca firme y mi refugio. Confiad siempre en él, pueblo suyo; presentad ante él vuestros anhelos. ¡Dios es nuestro refugio!

Salmo 61, 6-9

CITA

No anden pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer? ¿Qué vamos a beber? ¿Con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe su Padre celestial que tienen necesidad de todo eso. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se les darán por añadidura. Así que no se preocupen del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. A cada día le basta su afán.

Mateo 6, 31-34

REFLEXIÓN

Estamos por salir del desierto de la esperanza. Dios se nos presenta como un Padre cercano que nos purifica, nos protege y nos quiere liberar de todo lo que no nos haga avanzar hacia el cielo.

Hoy nos quiere liberar de toda preocupación, de todo control que nos pueda hacer buscar exclusivamente las seguridades en las cosas terrenales. Estamos de paso en esta vida y por eso, todo lo que vayamos acumulando y experimentando debería ser una preparación para la eterna, la vida auténtica, la definitiva.

El confiar en Dios, el vivir cada día sin preocuparse por el mañana no es irresponsabilidad. No es una confianza a ciegas, pasiva. Es dejar en manos de Dios nuestra vida y preocuparnos por ser fieles solo 24 horas, preocuparse por el hoy, el aquí y ahora.

Cuántas veces el mañana y sus preocupaciones nos vuelven ciegos a las necesidades de los más cercanos. Vive con los ojos abiertos al hoy que te regala Dios y ofrece tu corazón y tu esperanza al Dios del mañana, al Dios que vive adelantado a todas nuestras necesidades.

Este es uno de los frutos principales del desierto de la esperanza: que la ausencia de cosas materiales, el frío y el calor, el hambre y la sed, te hagan vivir con confianza el día de hoy para lo mismo hacer con el de mañana. Solo por hoy, Señor, solo por hoy, el mañana está en tus manos.

ORACIÓN

¿POR DÓNDE SEÑOR?

Mis pies cansados caminan, sí
pero no tienen ya la fuerza de ayer
La inercia me ayuda a avanzar
buscando el consuelo de tu amor

Ya no sé qué quieres de mí
ni cuál es el sentido de mi corazón
¿Por dónde, Señor, he de avanzar?

Mil caminos recorrí y no sé encontrar la paz
La seguridad se convierte en miedo
Mi esperanza se rompe en el fuego del dolor
Y el amor que un día profesé se seca más y más

Jesús a mi alma

Ten paciencia alma mía, mi amada y predilecta
Tu fuerza no está en tu victoria
Sé derrota de tu yo cansado y perdido
así mi corazón podrá abrazarte hasta la meta

El desierto es profundo y terrible
Te ahoga la soledad de no ver nada
Despréndete de aquello que te estorba
La humildad debe ser tu vestido y gloria

A quien amo purifico, acompaño y embellezco
Con las joyas que el alma más anhela
Avanza en mi corazón, ya convertido
hacia el cielo que te abro cada día

Confía alma mía, no preguntes ya por dónde
Yo soy el camino, la verdad y la vida
Vístete de gala en tu dolor porque ya viene
aquél que te abrazó sin miedo en su Pasión

Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra, L.C.

PROPÓSITO

Hacer unos minutos de oración ante una imagen de la Virgen, antes de acostarse y pedirle el regalo de perseverar 24 horas en nuestro esfuerzo de caminar con Jesús hacia la Pascua.

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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