CAMINO DE CUARESMA – DÍA 2 – JUEVES DESPUÉS DE CENIZA

CAMINO DE CUARESMA: 40 DÍAS JUNTO A JESÚS

DÍA 2 – JUEVES DESPUÉS DE CENIZA
CONVERSIÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponerse en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

ORACIÓN INICIAL

Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma para que nos mantengamos en espíritu de conversión; que la austeridad penitencial de estos días nos ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (Oración colecta Misa miércoles de Ceniza)

CITA

Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado (Jer 1, 5)

REFLEXIÓN

La Cuaresma es una oportunidad para «volver a ser» cristianos, a través de un proceso constante de cambio interior y de avance en el conocimiento y en el amor de Cristo. La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida. Ciertamente este itinerario de conversión evangélica no puede limitarse a un período particular del año: es un camino de todos los días, que tiene que abarcar toda la existencia, cada día de nuestra vida.

Sin embargo, la Cuaresma es la estación espiritual más apta para entrenarse con mayor esfuerzo en la búsqueda de Dios, abriendo nuestro corazón a Cristo.

La conversión, el poner a Dios al centro, es en realidad algo sencillo. Es ejercitar nuestro deseo de acercamos a Dios sabiendo que Dios nos busca primero. Pídele hoy a Dios un incremento de ese deseo: “Deseo conocerte Señor, deseo que me conozcas y me enseñes a conocerme”.

Convertirse es buscar a Dios, caminar con Dios, seguir con docilidad las enseñanzas de Jesús. No es un esfuerzo para autorrealizarse, porque la autorealización dejaría a Dios fuera. Tenemos un destino más alto. Convertirse no es considerarse “creadores” de nosotros mismos, sino reconocer que otro me crea, me recrea y me sostiene con amor infinito.

Conversión consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, que dependemos de su amor y que lo queremos abrazar para siempre.

ORACIÓN:

Si en este mundo hay un enamorado ése es Jesús.
Si en esta vida hay alguien que busca la felicidad es nuestra alma.

Parecería ser fácil; sabemos que Dios es la felicidad eterna y nuestra alma desea esa felicidad que no se acaba, pero ante nuestra respuesta Jesús pregunta: ¿por qué huyes alma mía?

¿Qué nos falta?
¿Qué te falta a ti?

Pregúntatelo.
No niegues la respuesta y date la verdad de tu vida como respuesta:
¿Tienes miedo?
¿No conoces a Jesús?
¿No lo sientes?

Ésta es la respuesta más importante de tu vida:
¿De qué huyes y qué abrazas?
¿Qué abrazas?

Conscientemente, en sueños o en ilusiones
¿De qué miedo huyes, de qué ansiedad te refugias?

Si te da miedo el silencio, tienes un problema ¡Un gran problema!
El silencio es orden y música, es luz y vida.

Te encontrarás desnudo interiormente. No podrás esconder nada de ti.
Pero en ese silencio, Dios te hablará.

El desierto es el lugar del silencio y de las preguntas más existenciales que dan sentido a la vida.

¿De qué te sirve huir en el desierto?
¿Hacia dónde irás?
¿No irás más profundamente a tu muerte?

Es mejor detenerse, pensar, escuchar, rezar… sentir hambre y sed.

Dios nos dice que nos lleva al desierto a enamorarnos.

¿Cuál es el desierto al que Dios te quiere llevar?
¿Estás en él?
¿Te atreves a dejarlo todo y adentrarte sin miedo?

Yo te acompaño con mis oraciones.
Merece la pena.
Encontrarás sentido a tu vida y le encontrarás a Él.

Del Libro Jesús a mi alma, P. Guillermo Serra, L.C.

PROPÓSITO

Hacer un acto de confianza en Dios durante 5 minutos de oración donde pongas en sus manos tu deseo de conversión con la confianza de que tu conversión está más en manos de Dios que en las tuyas. Abandónate a su amor y misericordia.

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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