CAMINO DE CUARESMA – DÍA 1 – MIÉRCOLES DE CENIZA

CAMINO DE CUARESMA: 40 DÍAS JUNTO A JESÚS

DÍA 1 – MIÉRCOLES DE CENIZA
Dios al centro

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponerse en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

ORACIÓN INICIAL

Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma para que nos mantengamos en espíritu de conversión; que la austeridad penitencial de estos días nos ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (Oración colecta Misa miércoles de Ceniza)

CITA

Ahora —oráculo del Señor—, convertíos a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y lamentos; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor, siempre dispuesto a perdonar (Joel 2, 12-13)

REFLEXIÓN

DIOS AL CENTRO, YO POLVO REDIMIDO

Miércoles de ceniza, día temido para algunos por su connotación de sacrificio, pero para Dios es un día de salvación, el inicio de un periodo que es una suave invitación a tú corazón. ¿Quieres seguirme? Nuestro corazón está pronto a decir “Sí, quiero”. Pero la voluntad a veces no acompaña. ¿Qué quiere decirnos Dios en este día?

En primer lugar: polvo eres: no eres nada sin mí. Yo te creé, yo te levanté de la tierra, te amé, te infundí la vida y lo seguiré haciendo siempre y cuando tú me dejes.

En segundo lugar: conviértete: ponme al centro. Eso es la conversión, converger todas las fuerzas en un punto. Y este punto es un corazón, el de Dios hecho hombre. Míralo, tómalo, escúchalo esta Cuaresma.

Reconocer, recordar y renovar nuestro origen nos ayuda a encontrar nuestro lugar en el mundo. Pero sobre todo, nos ayuda a poner a Dios en el centro de nuestra historia, de nuestra vida.

Dios al centro significa que todo lo tengo que aprender a ver desde su mirada. Este es uno de los objetivos de la Cuaresma, aprender a amar como Dios, un Dios que nos envía a su Hijo, se desprende de Él para que sea nuestro Maestro.

Este camino de Cuaresma necesita de tu corazón de alumno, de discípulo. Presta oído a todas las lecciones que Dios te quiere dar para llegar a ser como Él. Jesús será tu Maestro: síguelo, imítalo, ámalo…. No tengas miedo, Él va siempre por delante y predica no sólo con su palabra sino sobre todo con su ejemplo.

ORACIÓN:

CAMINA MIS HUELLAS

Caminando peregrino, me cansé de tanto andar
En soledad avanzaba sin saber dónde parar
Grité en mi desierto interior
Buscando una respuesta, un sentido, una luz superior

Me pediste salir de mi tierra y así avanzo
Pero yo te pido, Señor, que no me dejes solo
Te grito, suplico y ruego que camines en mis huellas
Sal de tu cielo y muéstrame el camino

Camina las huellas de mi corazón
un regalo que me diste al nacer
Me avergüenza presentártelo pues no sé cómo amar
Entra dentro y hazlo tuyo ya, Señor

Camina las huellas más profundas
las que más me duelen
Aquellas en las que me sentí abandonado por tu amor
Enséñame a verme en tus brazos a cada paso que me das

Camina las huellas más oscuras
las que más pena me dan
Aquellas que dejé cuando me amé a mí nada más
Enséñame a confiar y olvidar mi debilidad

Camina las huellas más alegres
las que llenan mi vida de gozo
Aquellas que dejé en mis hermanos cuando amé de verdad
Enséñame a perseverar en mi misión

Del Libro Jesús a mi alma, P. Guillermo Serra, L.C.

PROPÓSITO

Decirle a Jesús en oración: “yo no sé dónde estoy Señor, pero quiero ponerte al centro. Ayúdame a descubrir por dónde ando, por dónde camino para que pueda acompañarte muy de cerca en esta Cuaresma”.

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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